El problema no es ilusionarse, ni hacerse historias en la cabeza. El problema es sufrir por aquellos “pajasos mentales.” No ilusionarse es fácil, lo que lo hace difícil es no afrontar la realidad y quedarse viviendo en en la imaginación. No nos enamora, ni nos ilusiona la otra persona, lo hace nuestro cerebro.
NO CONTARLE TODO A TUS AMIG@S
Entre más lo repitas, y más hables de la persona, más creas situaciones hipotéticas y más te ilusionas. Normalmente nuestros amigos nos dan su opinión, generando un escenario falso. Entonces, si tienes dudas; ve a la fuente y háblalo con la persona.
2. ¿TE GUSTA MAS LO QUÉ VIVES CON ESA PERSONA, O LO QUÉ TE IMAGINAS?
Respóndete esta pregunta. Y haz una lista (puede ser en tu cabeza o escrita) de aquellos pensamientos que so fantasías, y aquellos momentos reales para así poder identificar realmente que sientes por la persona, y que sientes por tus fantasías.
DEJA DE HACERTE HISTORIAS EN LA NOCHE CON EL/ELLA
No te dediques a planear el futuro, ni crear escenarios hipotéticos o suponer sobre las acciones de la otra persona. Si ya te acostumbraste a dormir con historias, genera escenarios completamente hipotéticos, desligados de esta persona.
NO ANALICES CADA ACCIÓN O MENSAJE DE LA PERSONA
Detente y enfócate en el presente, no toda acción es una señal secreta, entonces no le eches cabeza a lo que no es claro. No supongas por qué te escribió, te dejo de contestar, como te hablo o que palabras usó. No rates d encontrar respuestas, donde no existe la pregunta.
CONOCE Y EXPLORA MÁS SITUACIONES
Muchas veces nos ilusionamos y sufrimos por cerrarnos y obsesionarnos con una persona. Rodéate de nuevas personas y compara la situaciones y sensaciones que te generan las otras personas. Compara y contrasta emociones y sensaciones.
Cuando nos acostamos a recordar momentos o imaginar escenarios hipotéticos el cerebro le emite las mismas señales a tu cuerpo que como si lo que imaginaras sucediera en la realidad. El cuerpo percibe esos impulsos y genera una alta secreción hormonal de oxtitocina y dopamina, por eso es que sientes felicidad, sonrisa y hasta te sonrojas imaginándote a la persona. Y ese ejercicio altamente poderoso es el culpable de que te ilusiones.
No estoy diciendo que no fantasees, de hecho el ejercicio de crear escenarios no reales nos permite conocer nuestros ideales de amor, y hasta manifestar la relación que queremos. Pero hay una delgada linea entre dejarnos obsesionar de lo irreal y reconocer qué es producto de la imaginación y qué es real.